jueves, 17 de septiembre de 2015

La corta memoria histórica Boliviana y la pasión política eleccionaria








El ex presidente Achá (1861-1864) en el destierro forzoso (en tierras selváticas por ese entonces en el oriente del país) que le impuso Melgarejo, antes de morir atacado vilmente por enfermedades tropicales propias de tierras orientales en ese momento y sin remedios al alcance, en tono de crítica acerca de nuestra clase política acuñaría una frase memorable: Bolivia no tiene memoria.

Cada vez que me pregunto por qué razón no hacemos retrospectiva de nuestras vidas cuando nos encontramos frente a un momento político determinado por alguna razón me viene ala mente la escena antes descrita. Ahora con los próximos referéndums estatutarios me vino por enésima vez ese entreacto, al respecto la relación de hechos que quisiera exponer son los siguientes:

1. Referéndum Constituyente por las Autonomías de 2006: Asistimos a las urnas para decidir sobre una larga y engorrosa pregunta, de esas que a un especialista en temas de descentralización tanto gustaba hacer en sus complejos modelos presentados. En fin, que la pregunta decía si ¿estábamos de acuerdo en dar a la Asamblea Constituyente el mandato vinculante de establecer un régimen de autonomías departamentales? El resultado del mismo dependía según qué departamento votaba por el sí por simple mayoría entonces el régimen de autonomías debía aplicarse. Los resultados por el No fueron los siguientes: Chuquisaca 62%; La Paz: 73%; Cochabamba: 63%; Oruro: 75% y Potosí: 73%. En el resto de departamentos ganó el Sí. O sea 5 contra 4.

2. Referéndum Autonómico de 2008: En un contexto signado por el enfrentamiento político entre las regiones que contienen eso que conocemos como media luna, se llevaron adelante referéndums que pretendían aprobar unos estatutos departamentales que según el oficialismo eran inconstitucionales. Total, que los resultados por el Sí fueron mayores al 80% en Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija.

3. Referéndum por las Autonomías 2009: Nuevamente se preguntó a los departamentos en los que el 2006 optaron por el No en el tema de las autonomías departamentales. Contrariamente a lo ocurrido en el anterior referéndum mencionado, los resultados fueron los siguientes por el Sí: Chuquisaca 85%; La Paz: 78%; Cochabamba: 80%; Oruro: 76% y Potosí: 81%.


El contexto y la memoria son importantes, dado que por ejemplo en 2006 el oficialismo político hizo campaña por el No en la votación y con éxito en la parte occidental del país más Cochabamba y Chuquisaca; mientras que en 2009 el oficialismo habría cambiado de rumbo en su campaña producto de que lo que quería que contenga la nueva CPE era su ideal, entonces tuvieron la suficiente capacidad para remontar el resultado por el que habían hecho campaña antes por el No, transformándolo y mejorándolo en algunos casos, haciendo campaña por el Sí.

El último escenario, el próximo referéndum estatutario al que asistiremos el 20 de septiembre próximo y que curiosamente serán en aquellos departamentos en los que en principio habrían abanderado la opción negativa por el tema autonómico: Oruro, Potosí, La Paz, Chuquisaca y Cochabamba. Mientras que los departamentos más "progresistas" en este tema que realizaron su referéndum en 2008 siguen esperando que sus estatutos sean validados por el Poder Judicial (ya van 7 años) porque deben ser compatibilizados con la CPE, con la excepción de Pando.

¿Se cumplirá la maldición de Achá o quizá vivimos dominados por la coyuntura y además influenciados por los actores políticos, por los símbolos, por nuestras propias pasiones, etc; por todo, menos por un criterio estrictamente racional de elector perfectamente informado? Tiendo a pensar que a menudo usamos atajos informativos para decidir por algo en concreto, aunque se haya dicho que las autoridades electas no se pueden pronunciar por el sí o por el no en este caso es más que evidente a qué le van unos y otros, sino simplemente hay que fijarse cómo cambiamos tan rápido y eficientemente nuestra votación entre uno y otro referéndum. En fin, que vivimos rodeados de paradojas, pero no de esas que el profeta de la izquierda llamaba “señoriales” sino simples paradojas que no necesitan de grandes modelos explicativos ni tampoco de reduccionismos antojados respecto a que por condición social de pertenecer a sectores populares o por poca educación vamos a votar en función de lo que nos diga nuestro gran caudillo.

Marcelo Arequipa Azurduy
Politólogo

domingo, 28 de junio de 2015

En el Enjambre






Cerrando el círculo de otros alegatos anteriores acerca de la Sociedad del Cansancio y la Sociedad de la Transparencia, que giran en torno al comportamiento actual de los individuos en el mundo; propongo debatir acerca de otro producto del filósofo Chul-Byung Han, titulado En el enjambre.

Sin duda los adelantos tecnológicos actuales no habrían podido existir de no ser por la tecnología eléctrica, en este marco se encuentra el medio digital en el que vivimos y en el que nos embriagamos por completo a menudo sin darnos cuenta del cambio de paradigma que esto significa.


En la sociedad que vivimos dejamos de practicar el respeto como principio de convivencia, para el filósofo esto significa una mirada con distancia, hoy no existe más esa distancia porque la intimidad es expuesta públicamente; en este orden de cosas la decadencia de lo público con la creciente falta de respeto se condicionan recíprocamente según el autor, favoreciendo la instalación de una sociedad cada vez más pornográfica.


Otra característica de la intolerancia y la falta de respeto que se observa en esta sociedad tecnológica es el anonimato, mediante esto destruimos a diario el respeto como valor, sino basta para un ejemplo la shitstorm que le cae a cualquiera que esgrima un comentario que vaya en contra ruta del “común que apoya la mayoría”.

Producimos comentarios llenos de catarsis personal porque ya no tenemos la posibilidad de aplacar nuestros impulsos como cuando otrora se escribía una carta a mano o a máquina porque a medida que vamos escribiendo la carta la excitación inmediata se iba evaporando y haciéndose presente el pensamiento más racional. En este orden de cosas al que llegamos alguien podría comentar acerca del efecto positivo que tiene las movilizaciones de indignación ciudadana, pero en este caso también hay una contradicción y es que al ser tan volátil esta sociedad no es posible configurar un discurso público firme y que permita dialogar entre posturas.


Vivimos en una sociedad que el filósofo la describe como un enjambre digital, un espacio que no tiene espíritu congregador ni alma unificante, este enjambre consta de individuos aislados, si hubieren individuos que se unen en este enjambre digital no lo hacen en ningún momento por un criterio del nosotros.


En este enjambre digital, los humanos se manifiestan de forma anónima, pero al mismo tiempo tienen un perfil en las redes sociales y trabajan incesantemente en optimizarlo, este tipo de hombre digital es aversivo a toda forma de congregación física porque sostiene la idea de que los habitantes de la red no se congregan, son unos Hikikomoris (personas que pasan su tiempo ante medios visuales y que apenas salen de sus casas); en este espacio desaparece el sentimiento de solidaridad.


Hablando de comunicación y mediación, la comunicación en este mundo digital se caracteriza porque es tal sin intermediarios (golpe para los comunicadores), el filósofo sostiene que medios como los blogs, Twitter o Facebook liquidan la mediación de la comunicación, la desmediatizan.


Esta desmediatización cuestiona y erosiona el mundo de la democracia representativa (golpe para los políticos) porque la gente ya no mira a los representantes políticos como transmisores sino como barreras; esto es grave porque se multiplican las voces que dicen ser representantes de algo, porque no esperamos a la noticia elaborada, queremos estar presentes y además presentar opiniones y exclusivas de algo sin pasar antes por ningún intermediario. Sin tener en cuenta que a mayor cantidad de información no necesariamente se traduce en mejor toma de decisiones, estamos yendo hacia un mundo de comunicación acumulativa.


Esta sociedad digital se inmiscuye en nuestra vida íntima a favor de la realización neoliberal, en este mundo el tiempo es entendido como tiempo de trabajo; sino no se entiende por qué durante la aparente pausa laboral seguimos trabajando desde nuestros aparatos digitales, llevando esto incluso en vacaciones o en nuestros mismos sueños, por eso hoy dormimos inquietos. Así pues todo lugar donde estemos es un puesto de trabajo y todo tiempo es tiempo de trabajo, en lugar del Big Brother aparecen los Big Data donde se consuma la total sociedad de la transparencia.

Una última para los smartphones, este aparato hace las veces de un espejo digital que nos muestra frente a un nuevo estadio narcisista del espejo, produciendo un momento en el que yo me incluyo pero donde no habla el otro; un mundo en el que las imágenes ya no provocan ningún shock, todas incluso las más grotescas tienen que divertirnos.

Esta columna fue publicada en los Periódicos: Página Siete y Los Tiempos.


La sociedad de la transparencia



Siguiendo un alegato anterior (Página Siete 03/02/2015) que pretende debatir respecto a la actual “modernidad tecnológica” en la que la sociedad está inmersa con tanto ímpetu, propongo comentar el segundo texto del filósofo Surcoreano Byung-Chul Han cuyo título de libro lleva el mismo de esta columna.

¿Qué quiere decir transparente en este tiempo? Significa la posibilidad de saber todo del otro, pero no sólo como posibilidad sino que lo demandamos constantemente, exigimos que quienes están al frente nuestro física o virtualmente se desnuden por completo (en el sentido figurativo de la palabra) haciendo de esta sociedad de la transparencia algo como lo que el filósofo dice: el infierno de lo igual; cuando no nos damos cuenta que es precisamente esa falta de transparencia lo que mantiene viva la relación.


Pensamos que teniendo torres de información a disposición, podremos ejercer una mejor decisión sobre algo; cuando no nos damos cuenta que eso no necesariamente nos conduce a tomar mejores opciones. Aquí no hay eso de que a mayor cantidad de información que administremos, mejores decisiones tomaremos. Digo administremos porque es humanamente imposible que a día de hoy alguien pueda dominar todo lo que está en la red.


Por la misma ecuación, creemos en todo, desde una perspectiva positiva. No hay sitio para el sufrimiento y el dolor. Ahora, por internet, todos pueden "estar enamorados sin caer enamorados”, dado que podemos tener la suficiente información y niveles de racionalidad superiores que creemos tener la capacidad de domesticar el amor; o lo que es lo mismo, nuestro veredicto final que alimenta  la autoestima es el "me gusta” del Facebook; a partir de eso generamos comunicación con quienes nos siguen y generamos rápidamente rechazo hacia quienes no nos dan ni un solo "me gusta”.


Por tanto, a propósito de esta transparencia, tendemos a actuar más como una sociedad de la pornografía, en la que exigimos un mutuo desnudamiento sin límites. Así nos alejamos cada vez más del placer. 


A esto el filósofo lo reduce como "en el misterio está el fundamento divino del ser de la belleza”. El placer y la belleza, gracias a esta sociedad de la transparencia, destruye el aroma de las cosas. 


La forma de comunicarnos bajo sus parámetros no nos permite jugar sobre terrenos no definidos. Todo se nos antoja sentirlo más rápido y es más, no disfrutamos con sentir las cosas de una en una; queremos muchas cosas al mismo tiempo, generando problemas de dispersión típicos de esta era.


Si todo este alegato no lo convence, amable lector, el filósofo expresa un ejemplo desarmador: el siglo XVIII era caracterizado por un escenario teatral donde la distancia se opone a lo táctil, a través de formas y signos. En cambio, en la modernidad, renunciamos cada vez más a la distancia teatral a favor de la intimidad. En este mundo, las intimidades se exponen y venden en un mercado. El teatro es un lugar de representación mientras que el mercado es un lugar de exposición.


Consecuentemente, nos enfrentamos en este siglo XXI al inicio de un nuevo tipo de panóptico dentro de nuestra civilización, que no es el tipo anterior que venía determinado por poseer una perspectiva única de control a la manera que propone Bentham, ya no hay la diferenciación entre el centro y la periferia; es decir, ya no existen celdas que se encuentran en disposición circular donde el centro gobierna y controla desde una torre.


En el nuevo panóptico digital se genera una suerte de ilusión de ser libre. Creemos y buscamos controlarlo todo, ocupar el puesto del que controla en la torre sin que el resto pueda vigilarnos;   una forma de ilusionarnos con este poder es cuando estamos al frente de nuestras pantallas y a través de las redes sociales ejercemos este papel, que más allá de ser una función de control se materializa simple y burdamente en un papel de fisgón y de negatividad a participar en asuntos colectivos en persona. 


Así pues,  para concluir, en esta sociedad de la transparencia se forman grupos casuales cuya máxima función es alimentar un ego individual en el que cada uno busca construir una marca de sí mismo.


Esta columna fue publicada en los Periódicos: Página Siete, Los Tiempos y La Prensa.










Bolivia: Las tres dimensiones de nuestra política






Acerca de las pasadas elecciones sub–nacionales mi impresión es que además de tener claro, de partida, el hecho de que no se trata de un plebiscito al Presidente Morales, aunque muchos se empeñen en afirmar esto, no lo fue, aunque lo que sí creo que se debería diferenciar es una elección en dos dimensiones territoriales por separado: Gobernadores y Alcaldes.

Quedó claro, tanto por analistas como por dirigentes oficialistas, que el proceso de reclutamiento y selección de candidatos en el MAS falló terriblemente; de los resultados pueden emerger al respecto dos escenarios: a) que el oficialismo se empeñe en que sin Evo no son nada y por tanto hay que plantear la reforma constitucional; b) que se haga un proceso de autocrítica en el MAS del que emerja una recomposición de fuerzas y una seria decisión de formación de cuadros.

En las gobernaciones:

Un fenómeno que se repitió en casi todos los casos para el oficialismo es el voto cruzado, aquí el criterio de identificación simbólica de los electores con los candidatos no tuvo éxito, pongo un ejemplo: dice Carlos Macusaya, para el caso de los jóvenes alteños, que ven en Felipa Huanca a una señora que es un resabio de algo poco tentador de superar (mujer humilde de pollera, rural y sacrificada), en cambio, ven en Félix Patzi el objeto que de alguna forma les inspira a superar (hombre que salta del campo a la ciudad, con perfil académico y con capacidad para moverse en el mundo de las clases altas y el poder). Podría seguir así con otros casos como el del ex futbolista Gatty Ribeiro en la alcaldía de Cobija.

En general creo que el MAS se equivocó a nivel de las gobernaciones al mostrar muy tempranamente sus fichas y la oposición hizo un buen ejercicio de analizar candidatos que podrían hacerles frente, más allá de los que ya estaban cantados. Como resultado al mal planteamiento de candidatos oficialistas, y las correspondientes sospechas que se cernieron a sus alrededores, en las filas del votante masista se observó el apoyo cruzado, esto último se materializa en el control que tienen de casi todas las Asambleas Departamentales, menos la de Santa Cruz. Aquí estamos frente a lo que en ciencia política se conoce como votante retrospectivo: este tipo de elector se pregunta: ¿qué cosas positivas ha hecho este gobierno por mí en los últimos años? Este votante apoya cuando considera que el gobierno le cumplió en lo mínimo del bienestar que busca.

En los municipios:

Si uno tuviera que poner un titular en este punto diría que es el aterrizaje de la democracia de mayorías, aquí se evidencia todo lo contrario en cuanto al voto cruzado en el caso anterior; la ciudadanía de las capitales de departamento más El Alto se inclinaron a apoyar de forma mayoritaria a aquellas organizaciones opositoras al MAS (ya va siendo hora de que hablemos con propiedad y no digamos la oposición en singular sino en plural por la diversidad de fuerzas de este lado en el país), los casos más emblemáticos que me vienen ahora mismo a la mente son los de La Paz, El Alto, Tarija, Cochabamba, Cobija, y Santa Cruz. Todos ellos tienen el suficiente poder en el concejo municipal como para llevar adelante sus proyectos, ergo: estamos frente a pequeños Evo Morales –si me permiten–, ahora es el momento de que demuestren estos líderes todo su potencial y, además de mostrarnos a nosotros, los ciudadanos, si existe una forma distinta de gobernar en mayoría sin la necesidad de hacer pactos postelectorales a la manera en la que se hace en el Ejecutivo Nacional como tanto se han empeñado en criticar.

En esta dimensión estamos frente a un tipo de votante por temas relevantes: aquí se presenta la siguiente figura: puede ser que a lo largo de la anterior legislatura a la elección hayan surgido temas que se han hecho particularmente relevantes. La importancia del tema puede mantenerse incluso hasta la campaña electoral; estas pueden ser cuestiones controvertidas por la gestión de gobierno y/o por las acusaciones de partidos de oposición.

Los resultados electorales para gobernadores:

Simplemente como un ejercicio de datos (véase la tabla adjunta), si uno compara las elecciones a gobernador del 2010 con esta de 2015, se observa que en proporción el MAS pierde entre 4 y 5 puntos porcentuales de apoyo en los departamentos de Santa Cruz, Beni, Chuquisaca, Oruro, Potosí; donde da un salto interesante es en Pando con un crecimiento del 16%. En Tarija baja 8 puntos entre elecciones, pero el caso más negativo es el de La Paz donde su bajada es de 20 puntos entre elecciones, mientras que el caso más exitoso es en Cochabamba que sigue siendo su plaza fuerte con más del 60% de apoyo electoral. Esto da incluso para debatir el caso de la anulación de UD en Beni ¿A quién benefició esto?

Una para las oposiciones:

No entiendo por qué se habla de liderazgos en surgimiento de proyección nacional, si ponemos atención, ningún líder hasta ahora ha sido capaz de salir de su plaza principal, ni Rubén Costas, ni el difunto político Juan del Granado, incluso, ni el propio Luis Revilla, quien, en su segunda elección, no puede salir del municipio paceño.

Otra para el oficialismo:

Más allá de los datos que se describen aquí, no se puede obviar el hecho de las importantes derrotas simbólicas que sufrió el MAS en los municipios grandes como Tarija, Cochabamba, Trinidad, y especialmente el caso de El Alto; este último, a juzgar por la lectura de los dirigentes del oficialismo, sería el que más dolió dentro de las derrotas; nuestra política nos ha demostrado que más allá de las victorias numéricas son éxitos simbólicos y eso es lo que las oposiciones se están empeñando en demostrar en estos últimos días con su supuesta avanzada territorial.

Esta columna fue publicada en el Periódico Los Tiempos y en el Semanario La Época:


La sociedad del cansancio





¿En qué se parece el escándalo de Yarita Lizeth cantando en nuestro teleférico, la victoria de Nosiglia, la inauguración de la  Alasita  (con el evento piromaníaco de por medio) y la inauguración de un nuevo periodo de gobierno? Casi me olvido, para los que están en La Paz añado el tema del MegaCenter. Aparentemente en nada; sin embargo, creo que les une un común que los cientistas sociales solemos llamar coyuntura.

En contrapartida a lo dicho, mientras más nos introducimos en el debate más nos olvidamos, a menudo, de reflexionar acerca de lo que nos rodea como sociedad. Dejamos de pensar en los males que nos acechan, como los males biológicos o psicológicos.

Afortunadamente, aún quedan filósofos que se ocupan de estos temas generales, aparte de ese gran mundo de especialistas que hay acechando por todo lado. La interpretación que se le da a este momento es que vivimos acosados de enfermedades neuronales, como la depresión, la hiperactividad, trastornos en la personalidad y otra cosa nueva llamada síndrome de desgaste ocupacional.

Estas enfermedades son la base para la explicación de que nos encontramos bajo una sociedad del cansancio -según Byung-Chul Han- (me ocuparé en esta oportunidad de una de sus tres más significativas obras, en siguientes columnas abordaré las otras).

Estamos tan cansados -porque se nos ha metido en la cabeza el chip de la eficiencia y de la apariencia de una nueva revolución- que bajo el tono de lo tecnológico se nos ha liberado para dejar de ser una sociedad disciplinaria y convertirnos en una sociedad del rendimiento.

Ya no hay barreras para el conocimiento del hombre. Sentimos que desde la comodidad de nuestras pantallas podemos conocer y controlar todo; haciéndonos, de esta forma, seres más especiales. Entonces, el único límite es cuánto podemos llevar y responder las cosas del trabajo con estos nuevos aparatos, que el intelecto humano desarrolló para hacernos la vida más cómoda y productiva.

Aristóteles decía que el hombre es un animal político por excelencia, pero en estos tiempos, en los que mientras más acumulas algo eres más importante, nos convertimos en esto que Byung-Chul llama animal laborans, alguien que se explota a sí mismo, voluntariamente, sin necesidad de coacción alguna, so pretexto nuevamente del famoso rendimiento;  ergo: nos explotamos a nosotros mismos y encima somos felices!

Ya no importan las políticas nocivas que tu Estado o la empresa en la que trabajas quiera imponer a los trabajadores, ya nada de eso importa porque estamos tan hambrientos de competir dentro de esta sociedad del rendimiento que nos da igual el tipo de contrato y las cláusulas que contiene.

La ideología -como la conocimos alguna vez- no existe, todo es un mero decorado que, al calor de estrellas y barras o banderas rojas, queda supeditado a esto, que es un verdadero triunfo del capitalismo como nadie lo habría soñado.

Y por si alguien piensa que la búsqueda de rendimiento nos legó  como uno de sus más grandes productos el llamado multitasking, está equivocado -dice este filósofo de origen sudcoreano-, puesto que cualquier animal salvaje ya realizó mucho antes este ejercicio. Esto, entonces, significa más bien una regresión de uno mismo.

Me explico a la manera del filósofo: un animal salvaje cuando se alimenta debe estar alerta por si sus enemigos acechan, por si sus crías están bien o están siendo atacadas por otra fiera superior e, incluso, debe vigilar, al mismo tiempo, a su o sus parejas sexuales.
Por tanto, tenemos la idea de que mientras más podamos abarcar seremos mejores y dejamos de lado la mirada profunda y enfocada en algo en concreto. ¿O no les pasa que mientras controla sus redes sociales, ve tele o escucha radio, está alerta de que el jefe no aparezca y responde a los llamados telefónicos?


Todo esto genera, al final, un ser humano que termina el día aturdido, hiperactivo, sumamente cansado pero feliz, porque -según él- ha logrado hacer muchas cosas en el día, aunque no sepa el trasfondo de cada cosa. Pero, al final de cuentas, qué más da si estoy demostrando que tengo buen rendimiento. Si mis redes sociales están controladas, tengo controlados a mis enemigos, a mi pareja sexual, tengo a mi jefe contento y, además, me entero de la última noticia para opinar algo durante el almuerzo familiar de domingo que se viene.

Esta columna fue publicada en el Periódico Página Siete, 03 de febrero de 2015: http://www.paginasiete.bo/opinion/2015/2/3/sociedad-cansancio-46050.htmlhttp://www.paginasiete.bo/opinion/2015/2/3/sociedad-cansancio-46050.html

lunes, 17 de noviembre de 2014

El comportamiento electoral boliviano





Caravaggio, 1958, Judith decapitando Holofernes



Advertencia: esta columna no tiene correlato alguno con otra controvertida titulada "El votante populista", más conocida en el mundo del hampa urbano como la radiografía del puñetes boliviano.

Haciendo a un lado esas afirmaciones demasiado resumidas de que existe el voto rebaño, que las masas no son capaces de identificar inteligentemente las opciones o incluso que el acto de votar es una simple ilusión que forma parte de una gran estafa a la ciudadanía. Intentaré explicar el comportamiento electoral de los votantes partiendo de la idea de que las elecciones constituyen un momento crucial para que los gobiernos rindan cuentas

Dicha descripción del comportamiento electoral de los votantes a la hora de decantarse por uno u otro candidato/partido, emerge a partir de lo que puede aportarnos la ciencia política desde este tipo de estudios. Esta propuesta descansa en un colchón teórico de larga trayectoria en las ciencias sociales, en este caso se extrae los ejemplos que se apuntan a continuación del ensayo de M. Fraile titulado El voto por rendimientos: los temas económicos y sociales.

Tanto el voto económico como el social investigan hasta qué punto las condiciones económicas moldean las decisiones de voto de los ciudadanos en democracia, en resumen: los gobiernos que presentan resultados económicos positivos tienen una mayor probabilidad de ser reelegidos que los que presentan resultados económicos adversos. El politólogo V.O. Key sintetizaría más aún en cuatro palabras, como "una relación premio-castigo".

Quienes intentamos descifrar desde las ciencias sociales si existe esta relación premio-castigo de los votantes con los candidatos (y dudamos seriamente que los votantes sean simples ovejas populistas) nos servimos de una especie de catálogo del votante por rendimiento que a continuación se describe:

Votante retrospectivo: este tipo de elector se pregunta ¿qué cosas positivas ha hecho este gobierno por mí en los últimos años? Este votante apoya cuando considera que el gobierno le cumplió en lo mínimo del bienestar que busca, pero incluso aquí se plantea otras preguntas como ¿qué se considera como mínimo de bienestar? ¿cuánta información necesita para calcular este mínimo? ¿Es racional imaginarse a un ciudadano recolectando y haciendo cálculos minuciosos?.

Votante egocéntrico: Este votante no necesita ser economista para realizar el cálculo de bienestar mínimo, le basta con haberlo vivido en carne propia. Pero incluso esto tiene un pero… y es ¿qué pasa por ejemplo si el votante pierde su trabajo, a quién culpa de esto, a la empresa, al gobierno, al sindicato, al ex compañero de trabajo?.

Votante sociotrópico: Este tipo de votantes responsabilizan a los gobiernos más por los resultados de la economía del país o de la sociedad que por los de su situación económica personal. Entonces emerge otra pregunta ¿Podemos estar seguros que los votantes creen que la situación económica del país viene determinada por las acciones de los gobiernos?, ¿los ciudadanos son capaces de percibir algunos límites como el contexto internacional, el diseño institucional del Estado?.

Votante por temas relevantes: Aquí se presenta la siguiente figura: puede ser que a lo largo de la anterior legislatura a la elección hayan surgido temas que se han hecho particularmente relevantes. La importancia del tema puede mantenerse incluso hasta la campaña electoral; estas pueden ser cuestiones controvertidas por la gestión de gobierno y/o por las acusaciones de partidos de oposición.

Por tanto, el votante económico y social retrospectivo puede resumirse como sigue: como alguien que realiza una serie de cuentas de las acciones que el partido en el gobierno ha desarrollado a lo largo de su gestión a partir de distintas lecturas. Pero aquí conviene matizar que los ciudadanos deben estar informados y ser conscientes de las variables económicas que afectan al momento económico como por ejemplo una recesión internacional, o de plano usar un atajo informativo (tema pertinente para otra ocasión).

Quizás amable lector al leer hasta aquí le queden más dudas que certezas, pero qué es la humanidad sino una caja indescifrable de la que sólo podemos tener aproximaciones y no generalizaciones, o mejor aún, quizá alguno se habrá quedado pensando con qué tipo de votante podría estar identificado, sobre todo pensando de cara a las próximas elecciones para gobernadores y alcaldes.

Esta columna fue publicada en el periódico Página Siete, Suplemento IDEAS, 16 de noviembre de 2014, link: http://www.paginasiete.bo/ideas/2014/11/16/comportamiento-electoral-boliviano-38240.html

martes, 30 de septiembre de 2014

¿Qué ofrecen los programas de gobierno?




Partiendo de la idea de que los programas de gobierno que ofrecen las distintas organizaciones políticas en juego para las próximas elecciones generales de octubre de este año son un referente importante por el cuál muchos ciudadanos harán su reflexión en torno a qué candidato apoyar, se realiza el siguiente ejercicio usando tres programas de gobierno que están disponibles en formato .pdf en texto (lamentablemente el programa del Partido Verde está solamente disponible como imagen escaneada lo que dificulta su análisis).

El siguiente ejercicio analiza en cada programa de gobierno desagregado por temas en dos dimensiones: 1. Dimensión de Estado y Democracia (democracia, estado de derecho y desarrollo humano); 2. Dimensión económica (economía, producción e industria). Una vez establecidas estas particularidades se pasa a contar cuántas veces mencionan las palabras de los temas en cada programa, cuál es el porcentaje de mención que ocupan los temas respecto al total de páginas qué tiene cada programa, cuántas veces se refieren a estos temas como crítica al pasado o al estado actual y cuántas veces se refieren a estos temas como propuestas. Tómese en cuenta que el total de páginas de cada propuesta es el siguiente: MAS: 85; PDC: 25; UD: 77.

Críticas al pasado y al estado actual: En el MAS se encuentra que mencionan 3 veces como crítica al pasado neoliberal y 4 veces como propuesta sobre la democracia; en estado de derecho no tienen ninguna mención; en desarrollo humano sólo mencionan 2 veces como propuesta; a economía la mencionan 8 veces como crítica y 14 como propuesta; a producción 2 veces como crítica y 21 como propuesta; y a industria 2 como crítica y 18 como propuesta.

En el PDC,  mencionan democracia 1 como crítica y 2 como propuesta; luego no tienen nada en estado de derecho y desarrollo humano; a economía la mencionan 1 como crítica y 4 como propuesta; a producción 1 como propuesta; a industria 4 como propuesta.

En UD, mencionan 2 veces por igual a democracia como crítica y como propuesta; 1 sola vez a estado de derecho como propuesta, no tienen nada en desarrollo humano; 2 veces a economía como crítica y 14 como propuesta; a producción 2 como crítica y 11 como propuesta; y a industria 14 como propuesta.

Luego cuando uno se pone a mirar las veces que se repiten las palabras contenidas en cada tema los datos son también interesantes (ver tabla abajo), si se toma en cuenta que el actual discurso de la oposición es denunciar los "excesos autoritarios" del actual gobierno, pero no encuentra esta sintonía con lo que ofrecen en sus programas, aquí el MAS lleva la ventaja en cuanto a menciones sobre el tema democrático. Luego sobre estado de derecho UD sería el único que se refiere en una ocasión al respecto y sobre desarrollo humano solamente el MAS se refiere a esto en 2 oportunidades.

En contrapartida con lo dicho en el párrafo anterior encontramos que cuando se refieren a temas económicos los datos son más movidos los que mencionan más estos temas para ser identificados como los paladines de la lucha por el desarrollo económico serían el MAS y UD, de lejos les sigue el PDC.



 Fuente: Elaboración propia.


Finalmente, tomando en cuenta estas dos dimensiones de lo económico y lo democrático pareciera ser que las ofertas electorales giran en gran medida respecto a garantizar mejores niveles de vida a los ciudadanos, el ideal de un buen gobierno sería proporcional a un mayor nivel de desarrollo económico; mientras que los temas que tienen que ver con cuestiones de democracia y sociales estarían relegados a un plano secundario.








lunes, 29 de septiembre de 2014

Las caras de la representación sustantiva

                                         "La muerte de Pablo Escobar", de F. Botero.



No hay duda que el concepto de representación política se encuentra en la misma disyuntiva que otros de las ciencias sociales, es decir, la complicación en su definición complejiza su entendimiento; sin embargo, con la aparición de estudios pioneros en este tema podemos ir develando y debatiendo sobre este tema. Al respecto existe una reciente publicación de los sociólogos María Tereza Zegada y Jorge Komadina (2014) titulada El espejo de la sociedad, poder y representación en Bolivia que se ocupa de analizar este tema.

Entendiendo la representación política como aquel ejercicio conjunto de los individuos en el que el representante deberá promover el interés del representado, es decir, lo que hace el representante tiene que hacerlo en interés de quien lo eligió. Dicho esto, se estará de acuerdo con los autores mencionados que entender la representación es analizar el contenido sustantivo de la actividad de representar, en lo que sigue me interesa hacer énfasis en tres aspectos vinculados con este tipo de concepto: 1. Lo corporativo en la representación; 2. La relación entre el representante y su conducta; y 3. La dimensión territorial de la representación política.

1. Lo corporativo en la representación: En el texto mencionado los autores alertan respecto al peligro del llamado corporativismo (Zegada y Komadina, 2014:202) cuando hablan de la representación sustantiva, esta alerta puede ser matizada con otra perspectiva distinta que se basa en los defensores de la "política de la presencia", que se inicia en los años sesenta del siglo pasado en los que "la lucha por la igualdad centrada en el conflicto de clase fue poco a poco dejando hueco a reivindicaciones originadas por otro tipo de discriminación (raza, sexo, etnia, etc.) En este proceso reivindicativo con el tiempo se fue insistiendo cada vez más en la necesidad de lograr el cambio cultural, antes que el económico-político, y en la obligación de tener en cuenta la diferencia no de ignorarla" E. García Guitián (2001:218); esta política de la presencia fue vivida por nosotros a partir de fines de los noventa del siglo pasado en lo que puede ser caracterizado como el inicio de la circulación de las élites políticas bolivianas. Por tanto no se debería tener miedo al llamado corporativismo como pretenden alertar Zegada y Komadina, sino en sentido contrario, porque la política de la presencia tiene como una de sus características el de penetrar en el modelo institucional para acabar con exclusiones existentes y ofrecer oportunidades para introducir nuevos temas en el debate político, también porque de alguna forma como decía un analista tristemente vilipendiado: así nomás habíamos sido.

Más adelante, se vuelve a hacer mención a este espinoso concepto del corporativismo en su interpretación general en el texto de Zegada y Komadina, quienes plantean al igual que el común una postura crítica al respecto como el párrafo anterior, pero luego comentan con entusiasmo la polifacética actuación de los legisladores, ellos mencionan que "la actuación de los representantes ya sean uninominales o plurinominales es múltiple, el caso del diputado Pascual Huarachi resulta interesante para ilustrar esta situación. Huarachi es un representante uninominal de Potosí, a la vez es dirigente del sector de cooperativistas mineros, y es militante del MAS; por lo que, además de sus fuertes vínculos con el sector a que representa, debe establecer relaciones con las organizaciones de su territorio, particularmente con campesinos, gremiales, choferes, comerciantes y otros que manifiestan sus necesidades" (2014:216).


2. La relación entre el representante y su conducta: Otro dato que también resulta debatible en Zegada y Komadina es cuando se refieren a los tipos de representación donde "no existe una correlación directa entre el origen de los representantes –representación descriptiva- y su actuación –representación sustantiva" (2014:207), o lo que es lo mismo, no importa de dónde proviene el legislador siempre actúa de forma distinta a sus "raíces" políticas; me atrevo a poner en entre dicho esto porque yo mismo (paréntesis propagandístico) hice una investigación en la que basándome en datos sociodemográficos de los parlamentarios y su producción normativa encontré una aproximación en la que sí existiría dicha correlación positiva.

3. La dimensión territorial de la representación política: Más adelante Zegada y Komadina mencionan al factor territorial como un problema para el orden partidista, al respecto conviene recordar el estudio de John M. Carey (2009) que analiza el accountabilitty de los legisladores, de manera especial en nuestro caso, menciona que a partir de la inclusión de los diputados uninominales estos representantes a diferencia de los plurinominales tendrían dos tipos de actores de veto: el partido y su electorado afincado en su circunscripción y que de manera sistemática cuando se presentaba un problema importante los diputados uninominales tendían a romper con la disciplina partidista atendiendo preferentemente lo que dictaminaba su electorado.

Aquí los autores mencionados cuando hablan de la representación territorial sintonizan lo que se dijo antes de Carey, los uninominales actúan como "delegados de los territorios que los eligieron… sostienen un vínculo permanente con sus bases…terminan supeditados al mandato de sus electores" (Zegada y Komadina, 2014:214).

Finalmente, conviene recordar nuevamente que hay distintas formas de entender este tema de la representación, pero no debemos olvidar la advertencia que nos está haciendo constantemente la literatura en las ciencias sociales contemporáneas al respecto: los políticos importan pero las instituciones importan también, a nosotros nos queda la tarea de velar porque nuestros representantes junto a las instituciones sean generadores de círculos virtuosos de desarrollo antes que círculos viciosos de postergación.

Esta columna fue publicada en una versión editada en el Periódico boliviano Página Siete, suplemento IDEAS, 28 de septiembre de 2014.
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martes, 16 de septiembre de 2014