lunes, 17 de noviembre de 2014

El comportamiento electoral boliviano





Caravaggio, 1958, Judith decapitando Holofernes



Advertencia: esta columna no tiene correlato alguno con otra controvertida titulada "El votante populista", más conocida en el mundo del hampa urbano como la radiografía del puñetes boliviano.

Haciendo a un lado esas afirmaciones demasiado resumidas de que existe el voto rebaño, que las masas no son capaces de identificar inteligentemente las opciones o incluso que el acto de votar es una simple ilusión que forma parte de una gran estafa a la ciudadanía. Intentaré explicar el comportamiento electoral de los votantes partiendo de la idea de que las elecciones constituyen un momento crucial para que los gobiernos rindan cuentas

Dicha descripción del comportamiento electoral de los votantes a la hora de decantarse por uno u otro candidato/partido, emerge a partir de lo que puede aportarnos la ciencia política desde este tipo de estudios. Esta propuesta descansa en un colchón teórico de larga trayectoria en las ciencias sociales, en este caso se extrae los ejemplos que se apuntan a continuación del ensayo de M. Fraile titulado El voto por rendimientos: los temas económicos y sociales.

Tanto el voto económico como el social investigan hasta qué punto las condiciones económicas moldean las decisiones de voto de los ciudadanos en democracia, en resumen: los gobiernos que presentan resultados económicos positivos tienen una mayor probabilidad de ser reelegidos que los que presentan resultados económicos adversos. El politólogo V.O. Key sintetizaría más aún en cuatro palabras, como "una relación premio-castigo".

Quienes intentamos descifrar desde las ciencias sociales si existe esta relación premio-castigo de los votantes con los candidatos (y dudamos seriamente que los votantes sean simples ovejas populistas) nos servimos de una especie de catálogo del votante por rendimiento que a continuación se describe:

Votante retrospectivo: este tipo de elector se pregunta ¿qué cosas positivas ha hecho este gobierno por mí en los últimos años? Este votante apoya cuando considera que el gobierno le cumplió en lo mínimo del bienestar que busca, pero incluso aquí se plantea otras preguntas como ¿qué se considera como mínimo de bienestar? ¿cuánta información necesita para calcular este mínimo? ¿Es racional imaginarse a un ciudadano recolectando y haciendo cálculos minuciosos?.

Votante egocéntrico: Este votante no necesita ser economista para realizar el cálculo de bienestar mínimo, le basta con haberlo vivido en carne propia. Pero incluso esto tiene un pero… y es ¿qué pasa por ejemplo si el votante pierde su trabajo, a quién culpa de esto, a la empresa, al gobierno, al sindicato, al ex compañero de trabajo?.

Votante sociotrópico: Este tipo de votantes responsabilizan a los gobiernos más por los resultados de la economía del país o de la sociedad que por los de su situación económica personal. Entonces emerge otra pregunta ¿Podemos estar seguros que los votantes creen que la situación económica del país viene determinada por las acciones de los gobiernos?, ¿los ciudadanos son capaces de percibir algunos límites como el contexto internacional, el diseño institucional del Estado?.

Votante por temas relevantes: Aquí se presenta la siguiente figura: puede ser que a lo largo de la anterior legislatura a la elección hayan surgido temas que se han hecho particularmente relevantes. La importancia del tema puede mantenerse incluso hasta la campaña electoral; estas pueden ser cuestiones controvertidas por la gestión de gobierno y/o por las acusaciones de partidos de oposición.

Por tanto, el votante económico y social retrospectivo puede resumirse como sigue: como alguien que realiza una serie de cuentas de las acciones que el partido en el gobierno ha desarrollado a lo largo de su gestión a partir de distintas lecturas. Pero aquí conviene matizar que los ciudadanos deben estar informados y ser conscientes de las variables económicas que afectan al momento económico como por ejemplo una recesión internacional, o de plano usar un atajo informativo (tema pertinente para otra ocasión).

Quizás amable lector al leer hasta aquí le queden más dudas que certezas, pero qué es la humanidad sino una caja indescifrable de la que sólo podemos tener aproximaciones y no generalizaciones, o mejor aún, quizá alguno se habrá quedado pensando con qué tipo de votante podría estar identificado, sobre todo pensando de cara a las próximas elecciones para gobernadores y alcaldes.

Esta columna fue publicada en el periódico Página Siete, Suplemento IDEAS, 16 de noviembre de 2014, link: http://www.paginasiete.bo/ideas/2014/11/16/comportamiento-electoral-boliviano-38240.html

martes, 30 de septiembre de 2014

¿Qué ofrecen los programas de gobierno?




Partiendo de la idea de que los programas de gobierno que ofrecen las distintas organizaciones políticas en juego para las próximas elecciones generales de octubre de este año son un referente importante por el cuál muchos ciudadanos harán su reflexión en torno a qué candidato apoyar, se realiza el siguiente ejercicio usando tres programas de gobierno que están disponibles en formato .pdf en texto (lamentablemente el programa del Partido Verde está solamente disponible como imagen escaneada lo que dificulta su análisis).

El siguiente ejercicio analiza en cada programa de gobierno desagregado por temas en dos dimensiones: 1. Dimensión de Estado y Democracia (democracia, estado de derecho y desarrollo humano); 2. Dimensión económica (economía, producción e industria). Una vez establecidas estas particularidades se pasa a contar cuántas veces mencionan las palabras de los temas en cada programa, cuál es el porcentaje de mención que ocupan los temas respecto al total de páginas qué tiene cada programa, cuántas veces se refieren a estos temas como crítica al pasado o al estado actual y cuántas veces se refieren a estos temas como propuestas. Tómese en cuenta que el total de páginas de cada propuesta es el siguiente: MAS: 85; PDC: 25; UD: 77.

Críticas al pasado y al estado actual: En el MAS se encuentra que mencionan 3 veces como crítica al pasado neoliberal y 4 veces como propuesta sobre la democracia; en estado de derecho no tienen ninguna mención; en desarrollo humano sólo mencionan 2 veces como propuesta; a economía la mencionan 8 veces como crítica y 14 como propuesta; a producción 2 veces como crítica y 21 como propuesta; y a industria 2 como crítica y 18 como propuesta.

En el PDC,  mencionan democracia 1 como crítica y 2 como propuesta; luego no tienen nada en estado de derecho y desarrollo humano; a economía la mencionan 1 como crítica y 4 como propuesta; a producción 1 como propuesta; a industria 4 como propuesta.

En UD, mencionan 2 veces por igual a democracia como crítica y como propuesta; 1 sola vez a estado de derecho como propuesta, no tienen nada en desarrollo humano; 2 veces a economía como crítica y 14 como propuesta; a producción 2 como crítica y 11 como propuesta; y a industria 14 como propuesta.

Luego cuando uno se pone a mirar las veces que se repiten las palabras contenidas en cada tema los datos son también interesantes (ver tabla abajo), si se toma en cuenta que el actual discurso de la oposición es denunciar los "excesos autoritarios" del actual gobierno, pero no encuentra esta sintonía con lo que ofrecen en sus programas, aquí el MAS lleva la ventaja en cuanto a menciones sobre el tema democrático. Luego sobre estado de derecho UD sería el único que se refiere en una ocasión al respecto y sobre desarrollo humano solamente el MAS se refiere a esto en 2 oportunidades.

En contrapartida con lo dicho en el párrafo anterior encontramos que cuando se refieren a temas económicos los datos son más movidos los que mencionan más estos temas para ser identificados como los paladines de la lucha por el desarrollo económico serían el MAS y UD, de lejos les sigue el PDC.



 Fuente: Elaboración propia.


Finalmente, tomando en cuenta estas dos dimensiones de lo económico y lo democrático pareciera ser que las ofertas electorales giran en gran medida respecto a garantizar mejores niveles de vida a los ciudadanos, el ideal de un buen gobierno sería proporcional a un mayor nivel de desarrollo económico; mientras que los temas que tienen que ver con cuestiones de democracia y sociales estarían relegados a un plano secundario.








lunes, 29 de septiembre de 2014

Las caras de la representación sustantiva

                                         "La muerte de Pablo Escobar", de F. Botero.



No hay duda que el concepto de representación política se encuentra en la misma disyuntiva que otros de las ciencias sociales, es decir, la complicación en su definición complejiza su entendimiento; sin embargo, con la aparición de estudios pioneros en este tema podemos ir develando y debatiendo sobre este tema. Al respecto existe una reciente publicación de los sociólogos María Tereza Zegada y Jorge Komadina (2014) titulada El espejo de la sociedad, poder y representación en Bolivia que se ocupa de analizar este tema.

Entendiendo la representación política como aquel ejercicio conjunto de los individuos en el que el representante deberá promover el interés del representado, es decir, lo que hace el representante tiene que hacerlo en interés de quien lo eligió. Dicho esto, se estará de acuerdo con los autores mencionados que entender la representación es analizar el contenido sustantivo de la actividad de representar, en lo que sigue me interesa hacer énfasis en tres aspectos vinculados con este tipo de concepto: 1. Lo corporativo en la representación; 2. La relación entre el representante y su conducta; y 3. La dimensión territorial de la representación política.

1. Lo corporativo en la representación: En el texto mencionado los autores alertan respecto al peligro del llamado corporativismo (Zegada y Komadina, 2014:202) cuando hablan de la representación sustantiva, esta alerta puede ser matizada con otra perspectiva distinta que se basa en los defensores de la "política de la presencia", que se inicia en los años sesenta del siglo pasado en los que "la lucha por la igualdad centrada en el conflicto de clase fue poco a poco dejando hueco a reivindicaciones originadas por otro tipo de discriminación (raza, sexo, etnia, etc.) En este proceso reivindicativo con el tiempo se fue insistiendo cada vez más en la necesidad de lograr el cambio cultural, antes que el económico-político, y en la obligación de tener en cuenta la diferencia no de ignorarla" E. García Guitián (2001:218); esta política de la presencia fue vivida por nosotros a partir de fines de los noventa del siglo pasado en lo que puede ser caracterizado como el inicio de la circulación de las élites políticas bolivianas. Por tanto no se debería tener miedo al llamado corporativismo como pretenden alertar Zegada y Komadina, sino en sentido contrario, porque la política de la presencia tiene como una de sus características el de penetrar en el modelo institucional para acabar con exclusiones existentes y ofrecer oportunidades para introducir nuevos temas en el debate político, también porque de alguna forma como decía un analista tristemente vilipendiado: así nomás habíamos sido.

Más adelante, se vuelve a hacer mención a este espinoso concepto del corporativismo en su interpretación general en el texto de Zegada y Komadina, quienes plantean al igual que el común una postura crítica al respecto como el párrafo anterior, pero luego comentan con entusiasmo la polifacética actuación de los legisladores, ellos mencionan que "la actuación de los representantes ya sean uninominales o plurinominales es múltiple, el caso del diputado Pascual Huarachi resulta interesante para ilustrar esta situación. Huarachi es un representante uninominal de Potosí, a la vez es dirigente del sector de cooperativistas mineros, y es militante del MAS; por lo que, además de sus fuertes vínculos con el sector a que representa, debe establecer relaciones con las organizaciones de su territorio, particularmente con campesinos, gremiales, choferes, comerciantes y otros que manifiestan sus necesidades" (2014:216).


2. La relación entre el representante y su conducta: Otro dato que también resulta debatible en Zegada y Komadina es cuando se refieren a los tipos de representación donde "no existe una correlación directa entre el origen de los representantes –representación descriptiva- y su actuación –representación sustantiva" (2014:207), o lo que es lo mismo, no importa de dónde proviene el legislador siempre actúa de forma distinta a sus "raíces" políticas; me atrevo a poner en entre dicho esto porque yo mismo (paréntesis propagandístico) hice una investigación en la que basándome en datos sociodemográficos de los parlamentarios y su producción normativa encontré una aproximación en la que sí existiría dicha correlación positiva.

3. La dimensión territorial de la representación política: Más adelante Zegada y Komadina mencionan al factor territorial como un problema para el orden partidista, al respecto conviene recordar el estudio de John M. Carey (2009) que analiza el accountabilitty de los legisladores, de manera especial en nuestro caso, menciona que a partir de la inclusión de los diputados uninominales estos representantes a diferencia de los plurinominales tendrían dos tipos de actores de veto: el partido y su electorado afincado en su circunscripción y que de manera sistemática cuando se presentaba un problema importante los diputados uninominales tendían a romper con la disciplina partidista atendiendo preferentemente lo que dictaminaba su electorado.

Aquí los autores mencionados cuando hablan de la representación territorial sintonizan lo que se dijo antes de Carey, los uninominales actúan como "delegados de los territorios que los eligieron… sostienen un vínculo permanente con sus bases…terminan supeditados al mandato de sus electores" (Zegada y Komadina, 2014:214).

Finalmente, conviene recordar nuevamente que hay distintas formas de entender este tema de la representación, pero no debemos olvidar la advertencia que nos está haciendo constantemente la literatura en las ciencias sociales contemporáneas al respecto: los políticos importan pero las instituciones importan también, a nosotros nos queda la tarea de velar porque nuestros representantes junto a las instituciones sean generadores de círculos virtuosos de desarrollo antes que círculos viciosos de postergación.

Esta columna fue publicada en una versión editada en el Periódico boliviano Página Siete, suplemento IDEAS, 28 de septiembre de 2014.
Para ver la edición impresa hacer click aquí














martes, 16 de septiembre de 2014

miércoles, 2 de julio de 2014

En el cuadrilátero de las razones



 









Hace semanas atrás tuvo lugar la presentación oficial del texto titulado Control Remoto (CR) de Raúl Peñaranda, ex Director del periódico Página Siete en el que básicamente se denuncia la existencia de medios de comunicación controlados por el gobierno central, a los que los llama paraestatales; en concreto, se trataría de ATB, La Razón y PAT.

Por otra parte, el año 2012 se publicó otro texto titulado La Verdad Secuestrada (LVS) cuyo autor es Sacha Llorenti quien fuera Ministro de Gobierno del actual gobierno y ahora embajador de Bolivia ante Naciones Unidas; en su escrito, denuncia la existencia de un poder económico desmedido por parte de medios de comunicación privados, quienes se encargarían de ejercer el papel de partidos políticos opositores al margen de hacer trabajo periodístico.

Este contexto general sirve para explicar a continuación la pertinencia de realizar un análisis comparativo de ambas obras, dejando claro como advertencia inicial que dicho ejercicio intentará centrarse en algunas características destacables en la dimensión académica, haciendo a un lado en la medida de lo posible todo el contexto político y social más cercano a la categoría de novela policiaca que rodea a ambos textos.

Creo que para nadie es novedad que los medios de comunicación representan intereses del grupo al que pertenecen sea en el pasado o en el presente, así como las élites, existen medios de comunicación pro ganaderos, pro regionalistas, pro gubernamentales, pro partidarios y hasta pro religiosos. El gran valor de ambas obras es intentar esclarecer esto, pero no mediante el análisis metodológico, teórico y fundamentado como suele ser un texto medianamente serio, sino mediante el ataque al enemigo ideológico desde la trinchera que ocupan.

Desde el punto de vista de las fuentes de información, LVS utiliza información de oficinas públicas, su repaso con la literatura que maneja es mayor que CR (aunque no por eso sea lo bastante conciso como para decir que es una abundante bibliografía), tanto la LVS como CR utilizan estudios de grado de comunicación social de acuerdo a su opción ideológica, no metodológica. Un punto débil de CR es el uso de declaraciones clandestinas que hace respecto a la posición de los medios de comunicación que estudia, obviamente esto le da un cariz de suspenso al estilo novela negra pero nada más que eso.

Del manejo de información, el uso de los titulares de periódicos que se hace en LVS es tendencioso porque no explica antes el contexto político por el que se dan las noticias. LVS lo que hace no es generar una nueva teoría al respecto o alguna novedad en términos de innovación investigativa, ejerce el papel de repetidor de ideas de otros libros de acuerdo a los márgenes ideológicos por los que navega (con esto tampoco debe entenderse que ser divulgador de ideas sea algo completamente negativo, lo grave es repetir una idea de alguien que ya lo hizo, en la academia lo usual en estos casos es ir al autor principal de la cita, no al que lo repite). Un dato curioso al respecto a la hora de presentar en su segundo capítulo titulado La oligarquía mediática, es que no menciona quiénes son los dueños de la empresa Akaishi que habrían comprado ATB, La Razón y Extra, como hace con los otros medios, siendo que la venta se habría realizado el 2009 y el libro fue publicado el 2012. Esta laguna informativa es develada en CR, además de su copiosa investigación hemerográfica, pero al igual que en el anterior caso también como efecto del curso ideológico que predomina en el autor. Pero también CR tiene su anécdota contradictoria, en la página 48 cita 32 dice que programas como No Mentirás que se emite por PAT cumple con los parámetros de periodismo independiente, cuando se asume la idea de que el control del medio por parte de un grupo como en este caso el gobierno no debería dejar dudas respecto a la imposibilidad de llevar adelante este tipo de programas.

Uno tiene la sensación de que al margen de las elevadas dosis de bilis con las que se escriben ambas publicaciones llenas de adjetivos, también existe una gran pugna por el poder económico y el poder político, así en un lado del ring se encuentra el gobierno que de cierto tiene el poder político y cada vez más intenta controlar el poder económico, transmutado aquí en los medios de comunicación; mientras que en el otro lado de las cuerdas tenemos a los medios privados que si bien tienen poder económico, no tienen el poder político y se encuentran en clara desventaja frente al poder constituido porque este se empeña en poner las trabas necesarias, haciendo que la competencia exista en la teoría pero que en la práctica sea injusta.

Al final de la lectura de ambas obras, uno puede llegar a conclusiones distintas según sea el gusto, por ejemplo: qué malditos estos medios de comunicación privados que tergiversan la verdad y que están contra el proceso de cambio; o, qué desgraciados estos del gobierno que están manipulando a los medios de comunicación para que las noticias sean como a ellos les gusta. Lo que genera como efecto lo que los politólogos acostumbramos llamar como polarización política.

El tener al frente estas dos publicaciones es un arma de doble filo: podría decirse que enriquece el pluralismo, pero dado el contexto y el motivo por el que fueron concebidas, también puede decirse que aportan más a la polarización y el enfrentamiento.

Aquí se trata como aquel nobel de literatura polaco que escribió una vez El Pensamiento Cautivo, cada uno quiere darnos de su medicina llamada Ketman para dominarnos, de nosotros depende el regular la dosis para que no lleguemos a un ataque de sobredosis en el que terminemos enfrentados. Para poner un ejemplo al respecto: CR afirma en reiteradas ocasiones que el Presidente Morales dijo que ahora quedan 10 o 20 % de medios opositores, mientras que LVS se abraza de otra cita del Presidente en la que expresa el pedido a los medios estatales de realizar cobertura siempre a todos incluidos opositores, pero que oportunamente los otros medios privados le permitan aclarar los problemas que surjan.

Pero no todo es malo, en todo caso es plausible que la gente haya leído las dos o al menos una de las obras a las que se hace referencia, porque de esta forma esto hace sentir más optimista a quienes con espanto recibimos la noticia este año de que en Bolivia solamente cinco de cada cien tienen hábito de lectura, si es así al menos con que se lean estos best-sellers ya avanzamos algo.

viernes, 23 de mayo de 2014

La sonrisa… del líder





Dado que se acaba de publicar oficialmente el Calendario Electoral para las elecciones generales, documento oficial de nuestro Estado en el que se establece entre otras cosas el pistoletazo de salida para la carrera electoral nacional el próximo 12 de octubre; conviene analizar algunos aspectos que podrían servir a virtuales y futuros candidatos en relación con una posible actitud de campaña y ejercicio del poder que vayan a adoptar.

La sonrisa aquí es presentada como la actitud estratégica que deberían tener los futuros candidatos en competencia nacional de cara a su electorado para seducirnos y convencernos, y de cara a posibles alianzas que se vayan dando entre cercanos o entre oponentes políticos.

Sin embargo, conviene aclarar para quien espera un análisis de lenguaje corporal, que al escribir esta columna no me refiero a la sonrisa forzada poco carismática de Doria Medina, tampoco a la sonrisa estilo slumdog millionaire del actual Presidente Morales, ni mucho menos a la nostálgica y perdida sonrisa de Juan del Granado y Rubén Costas; otra vez, se trata de una figura retórica que tiene que ver con la actitud del líder político. Así pues sigue a continuación una lista de las características que contiene esta sonrisa:

-       El líder debe desear ser tan querido como admirado.
-       Ponerse al nivel o incluso más abajo del otro, como truco para compensar el temor reverencial que inspira.
-       Actuar con cautela para detener los impulsos del lado más extremista de su formación política, y para no hacer sentir agredidos a los otros que no están dentro de esta fuerza política.
-       Un político maduro considera como importante tener a su favor a los representantes de los medios de comunicación, en especial a los medios que son considerados como parte del bando enemigo.
-       Para triunfar en política es necesario un fino sentido de lo que es posible y de lo que no.
-       Tener presente que una negociación es una calle de doble sentido. Por un lado, uno intenta sacar todo lo posible a su rival político; por otro, ambas partes acaban formando una especie de alianza, unidos por el objetivo común de alcanzar lo que no podía ser sino compromiso.
-       Revelarse como alguien frío y pragmático frente al contendiente, como un fino jugador de ajedrez que está a varias jugadas por delante del adversario.
-       Tener claro que la libertad del candidato y futuro mandatario con la libertad de todos los demás es la misma cosa y no pueden separarse.
-       Al interior de cada organización política, el líder debe influir en la disciplina y el orden de la misma.
-       Frente al adversario político se debe tener la altura de dejar de lado los desacuerdos políticos y procurar sacar lo mejor del lado humano de sí mismo.
-       Buscar y descubrir los puntos débiles de las personas pero con el fin de tranquilizarlas y no de aminorar el conflicto.
-       En política como en la guerra, la primera regla es conocer a tu enemigo, pero no sólo para destruirlo, sino también para cooptarlo de forma pacífica.
-       Se debe ser pragmático, porque puede que necesites de tu adversario; se debe respetar la visión política del otro.
-       Lo más importante cuando negocias con un enemigo es el carácter de la persona que tienes ante ti y si su pueblo le apoya.
-       El líder en el poder siempre debe tener la puerta abierta a recibir a la oposición.
-       Ejercer amabilidad frente al adversario con un propósito determinado.
-       Tener una integridad inquebrantable teniendo cuidado de no traicionar esa impresión inicial; segundo, tratar a todo el mundo con respeto; tercero, tener la capacidad de irradiar sentimiento de empatía con el otro.

Dice el gran Maquiavelo que el político no tiene que ser necesariamente virtuoso, sino que tiene que tener la habilidad de hacernos creer a nosotros que es tal, o sea una suerte de engaño y mentira hábilmente disfrazada para lo cual también se necesita talento.

Quizás las puntualizaciones expresadas antes, a algunos les suene como un sueño ideal que no se puede cumplir en la realidad; pues bien, debo decepcionarlos o alegrarlos según sea el caso porque hubo un gran líder que las predicó y también las practicó del que seguro alguna vez oímos hablar; para quien quiera ahondar en esta cuestión o quiera ponerle el título completo a esta columna, el texto titula: La sonrisa de Mandela de John Carlin.

Esta columna fue publicada en el Periódico Página Siete, 22 de mayo de 2014. Link: http://www.paginasiete.bo/opinion/2014/5/22/sonrisa-lider-22090.html 

lunes, 21 de abril de 2014

Paradorcitos electorales


 
Francisco de Goya, Duelo a Garrotazos o la Riña




 
A menudo solemos atribuir a la formación educativa en las escuelas como uno de los factores estructurales del desarrollo o postergación de nuestras sociedades, esta conclusión por lo general es recurrente en reuniones informales en las que además de haber agotado el tema del fútbol y la religión intentamos arreglar el mundo por esta vía.

Al respecto, intentaré en lo que sigue no caer en esa espiral infinita de argumentaciones cotidianas apoyándome en el texto Paradorcito eres, ¿no?. Radiografía de la violencia escolar en La Paz y El Alto. De los investigadores Juan Yhonny Mollericona Pajarito, Javier Copa Uyuni y María Luisa Cadena Torrez; publicado por el PIEB el 2011.

Confieso que mi reflexión sobre este tema no será complicada porque en la mencionada publicación se hace un ingenioso e interesante análisis de la violencia estudiantil (bullying en inglés). También puede tomarse esta columna en el sentido de una reseña de texto, pero no de una de esas en las que se buscan por todos los lados los puntos flacos y comienzan los disparos de críticas, y es que la publicación a la que se hace referencia no hace más que engrosar un cúmulo de puntos que son claves y que están vinculados con una parte de nuestra cultura política en particular.

Para poner en contexto, el libro dice que el acoso escolar "no sólo implica que un(a) estudiante se "meta" con otro(a), es decir, que lo agreda, es más que eso: es dolor; es miedo; es rabia por no poder contestar la agresión, por no poder devolver la burla, el insulto" (2011:XI). Es decir, las formas de violencia no necesariamente son físicas, otro de los aportes de los investigadores al respecto es que la violencia entre iguales (alumnos) al interior de las escuelas se presenta como un problema que involucra relaciones de poder y desigualdad que son transversales a la vida cotidiana fuera de los centros educativos; o lo que es lo mismo, los estudiantes reproducen patrones de comportamientos que predominan en nuestro medio, sobre esto me manifestaré al final.

Desafortunadamente a lo largo de la lectura pueden observarse patrones negativos de comportamiento que tienen que ver con actitudes autoritarias y poco plurales, una de las conclusiones lapidarias que resalta de inicio a la hora de la lectura del texto es la que da cuenta que de que "la escuela como comunidad “segura e igualitaria” no existe; por el contrario, es un espacio más de sobrevivencia para los escolares" (2011:7).

Los autores por medio de la observación no participante y las entrevistas informales en dos centros educativos de La Paz y El Alto describen algunos datos que corroboran los puntos expresados antes en los que se hace mención por ejemplo al sorprendente dato de que la violencia como forma de expresión de poder no es exclusiva al género masculino, según muestran cuatro de cada "diez alumnas están involucradas en situaciones de acoso escolar, a la vez, seis de cada de diez estudiantes varones se sumergen en el ámbito de la violencia" (2011:47).

La violencia que transita desde lo verbal a la agresión física a menudo tiene que ver por una necesidad de ocupar un puesto en el grupo en que está inmerso el estudiante, la forma de destacar para ellos dentro del grupo es concebida mediante usos de violencia y actitudes autoritarias, ahí se pueden observar ejemplos entre varones tales como las expresiones "Sacá como hombre, pues, carajo" o como la que hace honor al título del libro: “Paradorcito eres, ¿no? Maricón, defendéte, carajo de una vez”; “Machito eres, ¿no? Ahora vas a ver quién soy yo” (2011:86).

También es interesante ver cómo la víctima que sufre la violencia diseña estrategias para resistirla, al respecto se observan las siguientes posibilidades de respuesta: responder al ataque con una reacción similar o mayor para balancear la situación; atacar pasivamente mediante la sumisión y uniéndose a las órdenes del que ejerce la violencia; o recurrir a un tercero para que le defienda frente al agresor (2011:97).

Ya que se menciona al que ejerce la violencia y el que la sufre, también es necesario hacer mención a los testigos que presencian estos instantes autoritarios, aquí los investigadores distinguen tres tipos de testigos: el alentador, el opositor, y el encubridor.

Probablemente se preguntará más de uno el por qué hacer mención a este texto en esta ocasión y no antes, no es solamente porque sea un tema que debería tomarse en cuenta a diario, que lo es sin duda; sino porque estamos entrando en un campo de lucha electoral desde hace unas semanas atrás que con distintos grados de intensidad reflejan en alguna medida una lucha entre candidatos en la que parecieran decirse frente a frente quién es el más paradorcito de todos y no quién es el que propone algo dejando de lado violencias verbales y/o físicas; sino hagan el ejercicio de poner los ejemplos de agresores, víctimas y encubridores al contexto de nuestra clase política en las últimas situaciones que ocurrieron y les garantizo que se llevarán más de una sorpresa.

lunes, 31 de marzo de 2014

Lo étnico en la medida de lo (im)posible










En un principio pensaba presentar esta columna en enero pasado, pero los que estuvieren festejando a la plurinacionalidad con toda seguridad o no me hubieran leído o se hubieran lanzado a ponerme en el catálogo verano 2014 de saboteadores del proceso de cambio.


Dejando de ser aguafiestas, lo hago ahora porque creo que este es un tema de singular importancia y que involucra a todos el contribuir al debate, partiré de la tesis presentada por el ex ministro de educación F. Patzi y otros, que se resume en que lo indígena originario cubre más de la extensión de la población que uno mismo se imagina porque en las ciudades estos sujetos están mimetizados en una suerte de camaleonismo ancestral, por lo que la hipótesis del mestizaje de nuestra sociedad es errada, intentaré poner a evaluación dicha tesis.


La someto a prueba mediante un análisis empírico contenido en un experimento de los señores Harris y Findley (2012) publicado en el Journal of Conflict Resolution, en ese artículo los investigadores proponen responder si lo étnico es identificable a partir de entrevistas y grupos focales en la provincia Eastern Cape de Sudáfrica.


En el artículo mencionado, se explora ¿cómo la gente puede discernir bien lo étnico y qué condiciones disponen o limitan para que identifiquen lo étnico? Teniendo en cuenta que la identificación es difícil en promedio, los autores estudian también las características del que identifica, tales como una fuerte identidad, facilidad de identificar a otros; considerando también el lenguaje, nombre, raíz geográfica y símbolos étnicos que tienen impacto en la persona para que esté habilitada de identificar a otros correctamente.


En los resultados del experimento se evidencia que los individuos no son capaces de identificar a otros fácilmente, de hecho, las identificaciones correctas fueron raras en promedio.


Para realizar el experimento se dividió en dos grupos, los representantes étnicos y los sujetos a los que se consultó; en el caso de los primeros lo que se hizo fue tomarles fotografías y filmarlos de forma separada, en los videos luego de decir su nombre, apellido, saludar en su lengua materna y en inglés, se les hacia decir dos cosas, primero que argumentaran sobre su verdadera identidad étnica usando símbolos y segundo que argumentaran sobre una falsa identidad étnica que supuestamente poseían usando símbolos también.


Las mencionadas fotos y grabaciones se las mostraron a los sujetos seleccionados de la región en la que se estaba realizando el experimento. Una vez realizada la prueba, se evidenció que la probabilidad de éxito en la identificación étnica de otros grupos al que pertenece el sujeto es baja, en promedio el porcentaje de personas que se identifican entre el mismo grupo étnico al que pertenecen es del cuarenta y cinco porciento, esto se debe a que alguien que pertenece a un grupo étnico a menudo se confunde porque identifica a otros grupos étnicos como parte del suyo porque guardan algunas similitudes. Aquí entra por ejemplo el problema entre aymaras y quechuas, si ninguno de los dos hablan en su idioma no es posible identificarlos a simple vista, dados sus ropajes citadinos, valga la aclaración.


Por tanto los autores llegan a algunas conclusiones: una fuerte etnicidad como identidad es generalmente más exitosa en su identificación que otras. El tener una fuerte identidad étnica es un arma de doble filo porque una fuerte identidad puede facilitar en identificar fácilmente a otros pero al mismo tiempo una fuerte identidad puede engañar fácilmente también.


Finalmente, para quienes a estas alturas de la lectura piensan que estoy equivocado y antes de que me pongan en su catálogo mencionado al inicio de la columna, les envío una aclaración que podría servir al debate, y es que dado que lo étnico no tiene aún una definición precisa, los estudios que han intentado operacionalizarlo están aún en construcción, aquí los análisis cuantitativos sobre violencia civil emplean varias medidas  que intentan englobar elementos de lo étnico tales como: diversidad (Fearon an Laitin, 2013), grupos de distinción (Kirschner, 2010), grupos de concentración geográfica (Toft, 2005), y de polarización (Alesina et. al., 2003). Por lo tanto, parece ser que en las ciudades lo étnico como identidad aún está en entredicho y los que se empeñan en seguir la tesis patziniana no deberían cantar victoria aún entre otras cosas porque al final de cuentas los individuos que se dan cuenta de que el mundo había sido algo más que la ciudad que ocupamos está en crecimiento.

Esta columna fue publicada en el Periódico boliviano Página Siete, Suplemento IDEAS, 30 de marzo de 2014, link: http://www.paginasiete.bo/ideas/2014/3/30/etnico-medida-imposible-17363.html