lunes, 31 de marzo de 2014

Lo étnico en la medida de lo (im)posible










En un principio pensaba presentar esta columna en enero pasado, pero los que estuvieren festejando a la plurinacionalidad con toda seguridad o no me hubieran leído o se hubieran lanzado a ponerme en el catálogo verano 2014 de saboteadores del proceso de cambio.


Dejando de ser aguafiestas, lo hago ahora porque creo que este es un tema de singular importancia y que involucra a todos el contribuir al debate, partiré de la tesis presentada por el ex ministro de educación F. Patzi y otros, que se resume en que lo indígena originario cubre más de la extensión de la población que uno mismo se imagina porque en las ciudades estos sujetos están mimetizados en una suerte de camaleonismo ancestral, por lo que la hipótesis del mestizaje de nuestra sociedad es errada, intentaré poner a evaluación dicha tesis.


La someto a prueba mediante un análisis empírico contenido en un experimento de los señores Harris y Findley (2012) publicado en el Journal of Conflict Resolution, en ese artículo los investigadores proponen responder si lo étnico es identificable a partir de entrevistas y grupos focales en la provincia Eastern Cape de Sudáfrica.


En el artículo mencionado, se explora ¿cómo la gente puede discernir bien lo étnico y qué condiciones disponen o limitan para que identifiquen lo étnico? Teniendo en cuenta que la identificación es difícil en promedio, los autores estudian también las características del que identifica, tales como una fuerte identidad, facilidad de identificar a otros; considerando también el lenguaje, nombre, raíz geográfica y símbolos étnicos que tienen impacto en la persona para que esté habilitada de identificar a otros correctamente.


En los resultados del experimento se evidencia que los individuos no son capaces de identificar a otros fácilmente, de hecho, las identificaciones correctas fueron raras en promedio.


Para realizar el experimento se dividió en dos grupos, los representantes étnicos y los sujetos a los que se consultó; en el caso de los primeros lo que se hizo fue tomarles fotografías y filmarlos de forma separada, en los videos luego de decir su nombre, apellido, saludar en su lengua materna y en inglés, se les hacia decir dos cosas, primero que argumentaran sobre su verdadera identidad étnica usando símbolos y segundo que argumentaran sobre una falsa identidad étnica que supuestamente poseían usando símbolos también.


Las mencionadas fotos y grabaciones se las mostraron a los sujetos seleccionados de la región en la que se estaba realizando el experimento. Una vez realizada la prueba, se evidenció que la probabilidad de éxito en la identificación étnica de otros grupos al que pertenece el sujeto es baja, en promedio el porcentaje de personas que se identifican entre el mismo grupo étnico al que pertenecen es del cuarenta y cinco porciento, esto se debe a que alguien que pertenece a un grupo étnico a menudo se confunde porque identifica a otros grupos étnicos como parte del suyo porque guardan algunas similitudes. Aquí entra por ejemplo el problema entre aymaras y quechuas, si ninguno de los dos hablan en su idioma no es posible identificarlos a simple vista, dados sus ropajes citadinos, valga la aclaración.


Por tanto los autores llegan a algunas conclusiones: una fuerte etnicidad como identidad es generalmente más exitosa en su identificación que otras. El tener una fuerte identidad étnica es un arma de doble filo porque una fuerte identidad puede facilitar en identificar fácilmente a otros pero al mismo tiempo una fuerte identidad puede engañar fácilmente también.


Finalmente, para quienes a estas alturas de la lectura piensan que estoy equivocado y antes de que me pongan en su catálogo mencionado al inicio de la columna, les envío una aclaración que podría servir al debate, y es que dado que lo étnico no tiene aún una definición precisa, los estudios que han intentado operacionalizarlo están aún en construcción, aquí los análisis cuantitativos sobre violencia civil emplean varias medidas  que intentan englobar elementos de lo étnico tales como: diversidad (Fearon an Laitin, 2013), grupos de distinción (Kirschner, 2010), grupos de concentración geográfica (Toft, 2005), y de polarización (Alesina et. al., 2003). Por lo tanto, parece ser que en las ciudades lo étnico como identidad aún está en entredicho y los que se empeñan en seguir la tesis patziniana no deberían cantar victoria aún entre otras cosas porque al final de cuentas los individuos que se dan cuenta de que el mundo había sido algo más que la ciudad que ocupamos está en crecimiento.

Esta columna fue publicada en el Periódico boliviano Página Siete, Suplemento IDEAS, 30 de marzo de 2014, link: http://www.paginasiete.bo/ideas/2014/3/30/etnico-medida-imposible-17363.html