"Del desencanto (con la democracia representativa) se nutren en América Latina viejas ideologías revestidas de nuevas formas: neopopulismo, neoindigenismo, “socialismo del siglo XXI” que comparten un modo de ejercicio del poder basado en una peculiar concepción del mandato presidencial, un método para dirimir conflictos y el uso y abuso de los bienes públicos. Hay una creencia arraigada según la cual, el presidente es portador de una misión histórica que lo habilita a repartir premios y castigos sin rendir cuentas a nadie y a actuar como verdaderos mandamases. El método consiste en manipular las reglas para conservar el poder, reemplazar al debate por el monólogo excluyente y los atriles unánimes. La apelación a la unidad contra los enemigos- la oligarquía, el imperialismo- fabrica los apoyos."
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