miércoles, 6 de febrero de 2013

Bolivia: La No deliberación política

 
Judit y Holofernes (Caravaggio)



Me gustaría comenzar con una hipotética situación: imagínese amable lector que Vd. fuese un jefe directivo de una empresa X, como es costumbre cada año en su oficina realizan entre los demás ejecutivos un balance de la gestión que le ocupó dirigir.

Lo más obvio en estos casos al margen de los rumores de pasillo que seguro se cuecen en estos casos acerca de opiniones personales para quitarle de en medio y que no se le reelija como jefe el siguiente año, es que en dicha reunión Vd. como principal aludido pueda estar presente para debatir los puntos buenos y malos de su gestión, atendiendo a todas las preguntas necesarias para que no existan dudas acerca del resultado positivo o negativo sobre su continuidad como jefe ejecutivo.

Hasta aquí estaremos de acuerdo en que de llevarse adelante la reunión de esta forma podría ser considerada como un proceso democrático enmarcado en eso que los politólogos llamamos deliberación política, otra cosa es el procedimiento de votación que exista al interior de su empresa (eso es motivo de otro artículo cuando mucho).

Desafortunadamente, este procedimiento parece no ser familiar para el actual partido gobernante, observando el la forma por la cual la bancada del partido gobernante decidió no aprobar la postulación de re-elección de la Diputada Delgado, en una reunión en Cochabamba durante el primer fin de semana de este año, resulta curioso de sobre manera que la parlamentaria aludida no haya estado presente en la decisión "orgánica con unanimidad" de su bancada de retirarle su apoyo y que días después la diputada en cuestión haya solicitado una audiencia con su excelencia y no con su bancada legislativa a la vista de los hechos; teniendo como respuesta de parte del Ejecutivo poco más que una reprimenda paternal en la que el señor Vicepresidente dejó bien claro el pilar autoritario de manual leninista que sostiene la actual coyuntura mediante su síntesis creativa de "centralismo democrático".
Todo esto hace sospechar que la decisión sobre la no postulación de la parlamentaria ya estaba tomada semanas atrás cuando el Presidente Morales hizo alusión directa a la Sra. Delgado sobre su supuesto giro discursivo a la derecha. Ahora sí, para nadie es desconocido el nivel de influencia que tiene el Ejecutivo Nacional sobre el Poder Legislativo, hemos transitado hacia una especie de hiper presidencialismo (o haciendo una pausa publicitaria), este hecho enlaza también con otro artículo que publiqué en este mismo semanario hace poco sobre la vigencia del autoritarismo competitivo en el país.

Volviendo a lo nuestro, no es casual que se lleven adelante este tipo de reacciones desde el Ejecutivo, no se debe olvidar que las élites gobernantes autoritarias como son, a parte de que tienen que administrar a la sociedad en general, tienen abierto siempre otro frente de conflicto con las "pequeñas élites" que lo apoyan, y a las que debe mostrar en todo momento su superioridad para evitar conflictos mayores dado que no se trata de una alianza programática sino clientelista por lo general; esta peculiar forma de comportamiento político no solo ocurre en nuestro medio, de hecho la literatura anglosajona se ha encargado de bautizar como the problem of authoritarian power sharing (Svolik, 2012).

Estas prácticas dañan obviamente el sistema político y sobre todo la representación política en su vertiente deliberativa, cuando se supone que habíamos alcanzado la representación de la "mayoría de grupos sociales presentes en nuestra nación" seguimos manteniendo actitudes conservadoras de otros tiempos que tanto se critican desde la retórica oficialista.

Así pues, con todo lo que nos toca vivir en la Bolivia de hoy me viene a la mente una cita que estoy seguro es lapidaria pero muy certera para reflexionar y debatir acerca del carácter conservador de nuestra nación de la que subrayo nadie se escapa, y es que nuestra herencia política en cualquier organización política "ha sido y es proclive al autoritarismo en general, al consenso compulsivo y al verticalismo en las relaciones cotidianas y, al mismo tiempo, poco favorable al espíritu indagatorio, a las innovaciones fuera del campo técnico y al respeto de las minorías y los disidentes dentro de sus propias comunidades" (Mansilla, 2010). Bástenos recordar sino lo ocurrido con la ex-ministra de defensa Chacón y a todo el grupo de la escuela Comuna.

Una versión editada de este artículo fue publicada en el periódico boliviano Página Siete, Suplemento IDEAS, 3 de febrero de 2013, página 5. Link: http://paginasiete.info/web/ideas.aspx?seccion=ideas&fecha=20130206






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