Judit y Holofernes (Caravaggio)
Me gustaría comenzar con una hipotética
situación: imagínese amable lector que Vd. fuese un jefe directivo de una
empresa X, como es costumbre cada año en su oficina realizan entre los demás
ejecutivos un balance de la gestión que le ocupó dirigir.
Lo más obvio en estos casos al margen de los
rumores de pasillo que seguro se cuecen en estos casos acerca de opiniones
personales para quitarle de en medio y que no se le reelija como jefe el
siguiente año, es que en dicha reunión Vd. como principal aludido pueda estar
presente para debatir los puntos buenos y malos de su gestión, atendiendo a
todas las preguntas necesarias para que no existan dudas acerca del resultado
positivo o negativo sobre su continuidad como jefe ejecutivo.
Hasta aquí estaremos de acuerdo en que de
llevarse adelante la reunión de esta forma podría ser considerada como un
proceso democrático enmarcado en eso que los politólogos llamamos deliberación
política, otra cosa es el procedimiento de votación que exista al interior de
su empresa (eso es motivo de otro artículo cuando mucho).
Desafortunadamente, este procedimiento parece
no ser familiar para el actual partido gobernante, observando el la forma por
la cual la bancada del partido gobernante decidió no aprobar la postulación de
re-elección de la Diputada Delgado, en una reunión en Cochabamba durante el
primer fin de semana de este año, resulta curioso de sobre manera que la
parlamentaria aludida no haya estado presente en la decisión "orgánica con
unanimidad" de su bancada de retirarle su apoyo y que días después la
diputada en cuestión haya solicitado una audiencia con su excelencia y no con
su bancada legislativa a la vista de los hechos; teniendo como respuesta de
parte del Ejecutivo poco más que una reprimenda paternal en la que el señor
Vicepresidente dejó bien claro el pilar autoritario de manual leninista que
sostiene la actual coyuntura mediante su síntesis creativa de "centralismo
democrático".
Todo esto hace sospechar que la decisión sobre
la no postulación de la parlamentaria ya estaba tomada semanas atrás cuando el
Presidente Morales hizo alusión directa a la Sra. Delgado sobre su supuesto
giro discursivo a la derecha. Ahora sí, para nadie es desconocido el nivel de
influencia que tiene el Ejecutivo Nacional sobre el Poder Legislativo, hemos transitado
hacia una especie de hiper presidencialismo (o haciendo una pausa
publicitaria), este hecho enlaza también con otro artículo que publiqué en este
mismo semanario hace poco sobre la vigencia del autoritarismo competitivo en el
país.
Volviendo a lo nuestro, no es casual que se
lleven adelante este tipo de reacciones desde el Ejecutivo, no se debe olvidar
que las élites gobernantes autoritarias como son, a parte de que tienen que
administrar a la sociedad en general, tienen abierto siempre otro frente de
conflicto con las "pequeñas élites" que lo apoyan, y a las que debe
mostrar en todo momento su superioridad para evitar conflictos mayores dado que
no se trata de una alianza programática sino clientelista por lo general; esta
peculiar forma de comportamiento político no solo ocurre en nuestro medio, de
hecho la literatura anglosajona se ha encargado de bautizar como the problem of authoritarian power sharing
(Svolik, 2012).
Estas prácticas dañan obviamente el sistema
político y sobre todo la representación política en su vertiente deliberativa,
cuando se supone que habíamos alcanzado la representación de la "mayoría
de grupos sociales presentes en nuestra nación" seguimos manteniendo
actitudes conservadoras de otros tiempos que tanto se critican desde la
retórica oficialista.
Así pues, con todo lo que nos toca vivir en la
Bolivia de hoy me viene a la mente una cita que estoy seguro es lapidaria pero
muy certera para reflexionar y debatir acerca del carácter conservador de
nuestra nación de la que subrayo nadie se escapa, y es que nuestra herencia
política en cualquier organización política "ha sido y es proclive al
autoritarismo en general, al consenso compulsivo y al verticalismo en las
relaciones cotidianas y, al mismo tiempo, poco favorable al espíritu
indagatorio, a las innovaciones fuera del campo técnico y al respeto de las
minorías y los disidentes dentro de sus propias comunidades" (Mansilla,
2010). Bástenos recordar sino lo ocurrido con la ex-ministra de defensa Chacón
y a todo el grupo de la escuela Comuna.
Una versión editada de este artículo fue publicada en el periódico boliviano Página Siete, Suplemento IDEAS, 3 de febrero de 2013, página 5. Link: http://paginasiete.info/web/ideas.aspx?seccion=ideas&fecha=20130206
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