lunes, 28 de mayo de 2012

Elogio a la rutina

                                                   M. C. Escher, Encuentro. Litografía 1937.




La rutina en nuestra vida cotidiana se impuso, volvimos a los debates de antaño, a lo trillado, lo trivial, lo frívolo, la división campo-ciudad, las minorías saboteadoras del sistema, la desnaturalizada clase media, el espacio en el que no nos cansamos en descalificar abiertamente al contendiente mediante prácticas que rozan los límites constitucionales, es ahora el instante en el que todas esas lecturas catastrofistas sobre el futuro inmediato adquieren cada vez más popularidad.

La rutina se impuso no porque exista una conspiración a gran escala de la oposición política al MAS, la historia se repite, y en cierto sentido diría muy a mi pesar con muy pocas alternativas de que esto cambie en el futuro inmediato, desgraciadamente porque en lugar de empeñarse en institucionalizarse como partido la fuerza política del presidente Morales, más bien se decantó por emplearse con dedicación olímpica hacia un partido de electores más que de militantes (Alcántara, 2004).

Y es que al parecer el gobierno considera que lo más efectivo es atender a los conflictos por separado, minándolos por dentro y olvidándose de su tarea principal que es la de ofrecer un proyecto serio de desarrollo y en este punto debo reconocer que en gran medida tiene razón, ya lo dijo R. Laserna somos una sociedad rentista, en este terreno las constantes actitudes de utilitarismo electoral del actual gobierno nacional encuentra un terreno fértil para aplicar sus "estrategias envolventes" y aumentar unos decibelios más  a la fragmentación y la desintitucionalización formal reinante.

Sin embargo, no todo son malas noticias, a la vista de los últimos acontecimientos pasados en estas semanas, existen razones suficientes para agradecer al gobierno del señor Morales por haber ayudado a convertirnos en una sociedad más crítica y consciente de sus problemas aunque aún muy corporativizada; los que quieran subir al trono del poder después del actual mandatario ya pueden reflexionar seriamente (si es que aún no lo han hecho) en estos dos aspectos:

De la educación: Todo movimiento político que emerge abanderando la lucha de los sectores más vulnerables de la población normalmente tiende a extender políticas de carácter social hacia su electorado, en este caso baste recordar por ejemplo las campañas de alfabetización y también el creciente debate en torno a temas de carácter público por todo lado, desde el puesto de choripanes de la feria 16 de julio de El Alto hasta la mesa del mejor gourmet en la casa del camba en Santa Cruz.

Del tiempo: Conforme transcurren los años, toda esta población que en cierto sentido (sin ánimo de discriminar a nadie) se hizo más educada, se volvió más crítica con sus autoridades y más ambiciosa por obtener poder, estos grupos al final reaccionan en función de lo que sus gobernantes hacen; ¿qué podría esperarse de una sociedad en la que su Presidente se mueve a lo largo y ancho del país asumiendo el papel de alcalde del ayuntamiento en el que aterriza inaugurando calles, jugando partidos de fútbol en canchas recientemente inauguradas, o regalando equipamiento para desarrollo productivo a los que están a punto de movilizarse en su contra?

En resumen, una autoridad que asume el mando de la nación como si la capacidad de rendir cuentas a la población fuera solamente la dimensión clientelista y que no ha sabido hasta ahora construir una alternativa a su liderazgo dentro de su propio movimiento, tiene ahora como resultado a grupos que otrora le fueron afines, que están comenzando a tener protagonismo y que poco a poco emiten discursos de alternativa al actual proyecto político gobernante.

Estas dos variables descritas antes no son autoría personal, pertenecen a T. Di Tella (2003) quien describe en un corto y polémico texto su opinión acerca de procesos políticos neopopulistas similares al MAS que mantiene en lo político una estricta línea de imposición de su tipo particular de solipsismo étnico como diría T. Judt (2011).

Este retorno a lo rutinario en parte se produce porque en lugar de haber diseñado y aprobado un proyecto de país, lo que tenemos es básicamente un "manifiesto político" (J.  Lazarte, Nueva Crónica 95). Así pues, la rutina seguirá su curso como antes mientras nuestros gobernantes sigan viendo a su pueblo como meros receptores de paliativos coyunturales que les asegure su sobrevivencia.

Al final teníamos que despertar un día de ese sueño de democracia participativa de masas que nos vendieron ¿no?; o mejor aún, como decía V. Pareto a propósito de la circulación de élites en una frase que se ha llegado a convertir en la lápida de muchos políticos: la historia es un cementerio de aristocracias.


Referencias:

Alcántara, M. (2004). ¿Instituciones o Máquinas Ideológicas? Origen,
         programa y organización de los partidos latinoamericanos. Barcelona:
         Institut de Ciències Polítiques i Socials.
Di Tella, T. (2003). Actores y coaliciones: Elementos para una teoría de la
            acción política. Argentina: Editorial La Crujia.
Judt, T. (2011). El refugio de la memoria. Taurus.
J. Lazarte (2011). La democracia "inédita". En: Nueva Crónica y Buen
Gobierno. No. 95. Bolivia.

Una versión editada y publicada de este artículo puede encontrarse en el periódico boliviano Página Siete, 28 de mayo de 2012: http://www.paginasiete.bo/2012-05-26/Opinion/Destacados/18Opi00126-05-12-P720120526SAB.aspx