lunes, 29 de septiembre de 2014

Las caras de la representación sustantiva

                                         "La muerte de Pablo Escobar", de F. Botero.



No hay duda que el concepto de representación política se encuentra en la misma disyuntiva que otros de las ciencias sociales, es decir, la complicación en su definición complejiza su entendimiento; sin embargo, con la aparición de estudios pioneros en este tema podemos ir develando y debatiendo sobre este tema. Al respecto existe una reciente publicación de los sociólogos María Tereza Zegada y Jorge Komadina (2014) titulada El espejo de la sociedad, poder y representación en Bolivia que se ocupa de analizar este tema.

Entendiendo la representación política como aquel ejercicio conjunto de los individuos en el que el representante deberá promover el interés del representado, es decir, lo que hace el representante tiene que hacerlo en interés de quien lo eligió. Dicho esto, se estará de acuerdo con los autores mencionados que entender la representación es analizar el contenido sustantivo de la actividad de representar, en lo que sigue me interesa hacer énfasis en tres aspectos vinculados con este tipo de concepto: 1. Lo corporativo en la representación; 2. La relación entre el representante y su conducta; y 3. La dimensión territorial de la representación política.

1. Lo corporativo en la representación: En el texto mencionado los autores alertan respecto al peligro del llamado corporativismo (Zegada y Komadina, 2014:202) cuando hablan de la representación sustantiva, esta alerta puede ser matizada con otra perspectiva distinta que se basa en los defensores de la "política de la presencia", que se inicia en los años sesenta del siglo pasado en los que "la lucha por la igualdad centrada en el conflicto de clase fue poco a poco dejando hueco a reivindicaciones originadas por otro tipo de discriminación (raza, sexo, etnia, etc.) En este proceso reivindicativo con el tiempo se fue insistiendo cada vez más en la necesidad de lograr el cambio cultural, antes que el económico-político, y en la obligación de tener en cuenta la diferencia no de ignorarla" E. García Guitián (2001:218); esta política de la presencia fue vivida por nosotros a partir de fines de los noventa del siglo pasado en lo que puede ser caracterizado como el inicio de la circulación de las élites políticas bolivianas. Por tanto no se debería tener miedo al llamado corporativismo como pretenden alertar Zegada y Komadina, sino en sentido contrario, porque la política de la presencia tiene como una de sus características el de penetrar en el modelo institucional para acabar con exclusiones existentes y ofrecer oportunidades para introducir nuevos temas en el debate político, también porque de alguna forma como decía un analista tristemente vilipendiado: así nomás habíamos sido.

Más adelante, se vuelve a hacer mención a este espinoso concepto del corporativismo en su interpretación general en el texto de Zegada y Komadina, quienes plantean al igual que el común una postura crítica al respecto como el párrafo anterior, pero luego comentan con entusiasmo la polifacética actuación de los legisladores, ellos mencionan que "la actuación de los representantes ya sean uninominales o plurinominales es múltiple, el caso del diputado Pascual Huarachi resulta interesante para ilustrar esta situación. Huarachi es un representante uninominal de Potosí, a la vez es dirigente del sector de cooperativistas mineros, y es militante del MAS; por lo que, además de sus fuertes vínculos con el sector a que representa, debe establecer relaciones con las organizaciones de su territorio, particularmente con campesinos, gremiales, choferes, comerciantes y otros que manifiestan sus necesidades" (2014:216).


2. La relación entre el representante y su conducta: Otro dato que también resulta debatible en Zegada y Komadina es cuando se refieren a los tipos de representación donde "no existe una correlación directa entre el origen de los representantes –representación descriptiva- y su actuación –representación sustantiva" (2014:207), o lo que es lo mismo, no importa de dónde proviene el legislador siempre actúa de forma distinta a sus "raíces" políticas; me atrevo a poner en entre dicho esto porque yo mismo (paréntesis propagandístico) hice una investigación en la que basándome en datos sociodemográficos de los parlamentarios y su producción normativa encontré una aproximación en la que sí existiría dicha correlación positiva.

3. La dimensión territorial de la representación política: Más adelante Zegada y Komadina mencionan al factor territorial como un problema para el orden partidista, al respecto conviene recordar el estudio de John M. Carey (2009) que analiza el accountabilitty de los legisladores, de manera especial en nuestro caso, menciona que a partir de la inclusión de los diputados uninominales estos representantes a diferencia de los plurinominales tendrían dos tipos de actores de veto: el partido y su electorado afincado en su circunscripción y que de manera sistemática cuando se presentaba un problema importante los diputados uninominales tendían a romper con la disciplina partidista atendiendo preferentemente lo que dictaminaba su electorado.

Aquí los autores mencionados cuando hablan de la representación territorial sintonizan lo que se dijo antes de Carey, los uninominales actúan como "delegados de los territorios que los eligieron… sostienen un vínculo permanente con sus bases…terminan supeditados al mandato de sus electores" (Zegada y Komadina, 2014:214).

Finalmente, conviene recordar nuevamente que hay distintas formas de entender este tema de la representación, pero no debemos olvidar la advertencia que nos está haciendo constantemente la literatura en las ciencias sociales contemporáneas al respecto: los políticos importan pero las instituciones importan también, a nosotros nos queda la tarea de velar porque nuestros representantes junto a las instituciones sean generadores de círculos virtuosos de desarrollo antes que círculos viciosos de postergación.

Esta columna fue publicada en una versión editada en el Periódico boliviano Página Siete, suplemento IDEAS, 28 de septiembre de 2014.
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